Naciones Unidas.- EFE
Los presidentes progresistas de Brasil, España, Chile, Colombia y Uruguay lideraron ayer, miércoles, un evento paralelo a la 80 edición de la Asamblea General de la ONU para “reforzar la democracia global”, cita a la que EE.UU., bajo la Administración de Donald Trump, no estaba invitado.
Se trata de la segunda edición del encuentro titulado ‘En defensa de la democracia, lucha contra el extremismo’, en el que el año pasado sí participó Estados Unidos, y que en julio tuvo otra cita de estos mismos presidentes del Gobierno en Santiago de Chile para debatir al respecto.
“Desde las fuerzas progresistas, no tenemos permitido el desánimo (…) Sabemos que hay algunos que tienen mucho poder y buscan humillar a los que menos tienen. Creen que pueden imponer con el dinero y la fuerza su voluntad, pero al final del día la razón siempre termina triunfando”, afirmó el presidente de Chile, Gabriel Boric, que fungió como moderador.
Boric -que aclaró que aunque la presidenta mexicana, Claudia Sheinbaum, no asistió, la consideran parte de la iniciativa- detalló que los tres ejes en los que están trabajando conjuntamente son el fortalecimiento de la democracia, el combate de la desinformación en entornos digitales y la lucha contra las desigualdades.
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Al evento acudieron como invitados primeros ministros y altos cargos de decenas de países repartidos por todo el mundo, diplomáticos, líderes sociales, de la academia y ‘think tanks’ e incluso premios Nobel como el estadounidense Joseph Stiglitz (que se unió a otros 42 laureados con este galardón en una carta a favor de la democracia). Por su parte, el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, protagonizó un enfático discurso en el que recalcó su prioridad de “reconstruir la armonía entre los seres humanos y las relaciones amigables entre Estados” desde los valores de la izquierda.