El presidente argentino, Javier Milei, parece haber vencido algunas leyes de gravedad política con un claro triunfo en las elecciones legislativas del domingo.
Los candidatos del partido de gobierno sumaron casi 41% de los votos en los comicios para renovar la mitad de la Cámara de Diputados y un tercio del Senado, de acuerdo a los resultados oficiales con casi la totalidad de las mesas escrutadas.
La Libertad Avanza, el partido del ultraliberal Milei, fue así la fuerza más votada en el país y expandirá su bancada legislativa a partir de diciembre, cuando comience la segunda mitad del mandato presidencial.
Si bien seguirá sin tener mayorías propias, el gobierno podrá defender su agenda en el Congreso y, según anunció el propio Milei, buscará acuerdos con algunas fuerzas para impulsar reformas.
«Hoy pasamos el punto bisagra, hoy comienza la construcción de la Argentina grande», afirmó Milei en su discurso post electoral. «Durante los próximos dos años tenemos que afianzar el camino reformista».
El resultado sorprendió a muchos, ya que ocurre tras una serie problemas económicos y escándalos que complicaron la campaña oficialista.
El gobierno implementó un duro ajuste fiscal que podía costarle apoyo popular, y debió recurrir a la ayuda del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, para sostener el valor del peso argentino.
Los mercados celebraron este lunes el resultado electoral. El peso argentino se disparó un 10%, los bonos marcaron un récord, y el índice bursátil local subió un 20%.

Trump felicitó a Milei. «Fue un gran vencedor, y recibió mucha ayuda de nuestra parte», dijo. «Creo que ahora mismo hemos ganado mucho dinero gracias a esas elecciones porque los bonos han subido. La calificación de toda su deuda ha subido», agregó.
Los escándalos fueron desde un oscuro lanzamiento de criptomonedas que promocionó Milei y es motivo de demandas judiciales, a la renuncia del principal candidato oficialista a diputado por la provincia de Buenos Aires, por lazos con un empresario acusado de narcotráfico en EE.UU.
Pese a esto, el partido de gobierno se impuso también en esa populosa provincia, un bastión de la oposición peronista, que en septiembre había vencido por 13 puntos en elecciones locales.
La gran pregunta, por lo tanto, es cómo logró Milei esta victoria inesperada.
«Crédito abierto»
Cuando Milei llegó a la presidencia en 2023, también lo hizo de forma sorpresiva: hasta un tiempo antes era un economista desconocido, su partido era nuevo y proponía un corte radical del gasto público que sería doloroso.
Pero Argentina atravesaba su tercera gran crisis económica desde que recuperó la democracia en 1983, con dos de cada cinco personas viviendo en la pobreza.
Y muchos, sobre todo los más jóvenes, le dieron el voto a Milei atraídos por su discurso rupturista contra la «casta» política y su promesa de volver a los tiempos de prosperidad.
Desde la presidencia, Milei aplicó su drástico plan de ajuste y obtuvo algunos resultados.
La inflación mensual pasó del 25% al asumir en diciembre de 2023 a cerca del 2% actual. La tasa de pobreza bajó 10 puntos hasta la primera mitad de este año. Y Argentina tuvo en 2024 su primer superávit presupuestal en más de una década.
La contracara de eso fue una caída en los ingresos reales promedio de parte de la sociedad, desde los trabajadores del sector público hasta los jubilados, y un estancamiento de la actividad.
Sin embargo, distintos analistas señalan que el gobierno recibió el domingo un respaldo a su programa, como afirmó el mandatario.

«La gente decidió mantener el crédito abierto al cambio de enfoque de la economía, que es básicamente lo que propone Milei», dice Orlando D’Adamo, un psicólogo experto en comportamiento político, a BBC Mundo.
A su juicio, «la oposición se equivocó» porque buena parte de los candidatos que presentó para estas elecciones legislativas eran viejos conocidos de la política.
Y eso le permitió al partido de Milei, pese a ser gobierno, volver a jugar con éxito la carta antisistema, incluso con candidatos a diputado o senador poco conocidos.
Desde la oposición tampoco se vieron propuestas claras para estas elecciones, tal vez un reflejo de la confianza en que le bastaba con el desgaste del gobierno para ganar.
«La sorpresa puede venir porque quizás dejamos de ver que hay un porcentaje de la población bastante importante que, frente a la certeza del pasado, optó por la incertidumbre del futuro», señala Lara Goyburu, una politóloga argentina que dirige la consultora Management & Fit.
«Prendió bastante fuerte la idea de ‘no sé qué viene después y la estoy pasando mal hoy, pero sé que al pasado no quiero volver’», explica Goyburu en diálogo con BBC Mundo.
Esto, agrega, sucede junto a un cambio sociológico en el padrón electoral argentino: hoy la mitad de los votantes tiene menos de 39 años, el segmento que evalúa de más positivamente al gobierno y que «creció viendo a sus adultos quejarse constantemente de la política argentina».
Otros, sencillamente, evitaron ir a las urnas pese a la obligatoriedad del sufragio en el país: casi un tercio (32%) de los habilitados a votar se abstuvo, el porcentaje más alto en elecciones de legislativas en más de una década.


