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    Barbecue: el rostro de la impunidad en Haití que habla con la prensa, pero no con la justicia


    En un país asediado por la violencia, la corrupción y la descomposición institucional, el nombre de Jimmy Chérizier, alias “Barbecue“, se repite con fuerza en cada titular. Exagente policial convertido en jefe pandillero, Barbecue es actualmente una de las figuras más temidas —y paradójicamente más visibles— de Haití.

    El programa N Investiga profundizó en esta alarmante paradoja: cómo es posible que un hombre con múltiples acusaciones por masacres, secuestros y terrorismo internacional no solo evada a la justicia, sino que además se presente ante las cámaras con total impunidad. Su caso no es una excepción, sino el símbolo de un Estado debilitado donde el crimen y el poder conviven en las mismas calles.

    Del barrio Delmas 6 a la jefatura del crimen

    Originario de un humilde sector de la capital haitiana, Chérizier recibió su apodo porque su madre vendía pollo a la parrilla. De joven quiso ser médico, pero terminó ingresando a la Policía Nacional. Según el ex cónsul haitiano en República Dominicana, Edwin Paraison, la falta de recursos lo llevó a cambiar sus sueños por un trabajo estatal. Sin embargo, su historia tomaría un giro radical.

    En 2018, fue señalado como responsable de la masacre de La Saline, donde más de 70 personas fueron asesinadas. Tras ser expulsado de la Policía, Chérizier formó el G-9, una federación de nueve bandas armadas con nexos políticos y presencia territorial en múltiples zonas clave de Puerto Príncipe.

    La máscara del populismo armado

    Barbecue justifica su accionar violento como parte de una lucha contra las élites corruptas. En sus palabras, quiere “reorganizar Haití desde abajo“. Sin embargo, sus métodos incluyen secuestros, asesinatos, extorsión y desplazamientos forzados.

    Aun así, como mostró el reportaje, se mueve con libertad y otorga entrevistas, como la concedida en mayo de este año a la periodista australiana Prue Lewarne. Allí, comparó su figura con la de Donald Trump y se definió como un nacionalista.

    Donald Trump ama a su país. Nosotros también debemos hacer lo que está bien por nuestro país”, declaró, rodeado de hombres armados.

    Puedes leer: Barbecue, líder de pandilla en Haití, dice inspirarse en Donald Trump

    Una justicia ausente y una impunidad evidente

    Especialistas como Carolina Ramírez, consultada en el reportaje, señalan que su constante presencia pública es más que una anomalía: es una prueba del colapso del Estado haitiano.

    No es que no lo encuentren… es que quizás no haya interés en capturarlo”, afirmó.

    Barbecue no solo da la cara, sino que lo hace con una narrativa política cuidadosamente elaborada. Según Paraison, cuenta con asesores en comunicación y ha llegado incluso a anunciar la formación de un partido político para participar en futuras elecciones. Aunque públicamente niega querer ser presidente, sus declaraciones apuntan a una ambición de poder más profunda.

    Las contradicciones del sistema

    Tras su entrevista internacional, el gobierno haitiano procedió a congelar sus cuentas bancarias, acatando una resolución de la ONU que lo sanciona por financiamiento del terrorismo. Pero hasta el momento, no hay acciones judiciales firmes ni intentos concretos de arresto.

    “Si Google puede saber dónde estamos tú y yo, los organismos de seguridad también. Si no lo capturan, probablemente es porque no les interesa”, ironizó Ramírez.

    Algunos analistas sostienen que eliminar a una figura tan visible como Barbecue podría desatar un caos mayor, generando una proliferación de líderes aún más radicales. Otros aseguran que las fuerzas policiales están demasiado debilitadas e infiltradas por las mismas bandas.

    ¿Una amenaza para la República Dominicana?

    Si bien Barbecue ha evitado referirse directamente a República Dominicana en sus discursos, sí ha identificado la frontera como una vía estratégica para el tráfico de armas y municiones. Las autoridades dominicanas se mantienen vigilantes. De hecho, el presidente Luis Abinader advirtió recientemente que cualquier miembro de estas bandas que cruce la frontera “lo va a pasar muy mal”.

    No obstante, expertos en seguridad advierten que, aunque Haití no represente una amenaza militar directa, su situación sí representa un riesgo regional. “Haití es nuestro problema. No podemos seguir ignorándolo”, sentenció Ramírez.

    ¿Un nuevo símbolo del poder paralelo?

    A más de un año del inicio de la Misión Multinacional de Apoyo a la Seguridad, liderada por Kenia, la violencia en Haití no ha disminuido. Más de 4,000 personas han muerto desde su despliegue, mientras las pandillas —incluido el G-9— han incrementado su poder y control territorial.

    Barbecue, con cada aparición pública, desafía abiertamente al Estado. Su discurso mezcla populismo, religión y nacionalismo. Para sus simpatizantes en los barrios más empobrecidos, representa orden en medio del caos. Para la mayoría del pueblo haitiano y la comunidad internacional, es la cara del crimen organizado que ha secuestrado al país.

    Por: Yari Araujo



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