En Jerusalén, hay mucha expectativa sobre un posible acuerdo entre Israel y Hamás, que podría confirmarse en unos días con la visita de Benjamin Netanyahu a la Casa Blanca el próximo 7 de julio. Nuestras enviadas especiales Melissa Barra y Justine Fontaine estuvieron en la ciudad vieja recogiendo testimonios.
Ubicado en la puerta de Jaffa, una de las entradas de la Ciudad Vieja de Jerusalén, el centro comercial Mamilla está en plena efervescencia.
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“Quiero ver a Hamás destruido”
Ori Zad, una israelí de 35 años, sale con sus compras de una tienda. Sabe que se está tramando posiblemente una nueva tregua en Gaza, tras 21 meses de guerra, pero la fecha la tiene sin cuidado.
“Estoy de acuerdo con ello pero quiero ver a Hamás destruido. Si la guerra tiene que durar más, que así sea. Considero que cuando el Gobierno destruya a Hamás los rehenes podrán volver”, comenta.
Un señor israelí pasa por ahí. No quiere ser entrevistado, pero sí alcanza a vocear que Gaza se vaya al diablo.
“Todo esto es una farsa”
Un poco más lejos, Uri, de 44 años, espera sentado, curiosamente en el lugar preciso donde se divide Jerusalén en Este y Oeste: “Sí, definitivamente debería haber un acuerdo y eso es mucho mejor que una guerra. Por alguna razón la gente cree que hay que poner mayor presión sobre Gaza y seguir los enfrentamientos para sacar a los rehenes. Pero en realidad eso no funciona. Eso los está matando. Para mí todo esto es una farsa. El Gobierno está más interesado en su propio futuro y en reforzar su poder político”, estima.
En el mercado palestino de la Ciudad Vieja, Gaza se ha vuelto una palabra prohibida, nos cuenta Mohamad, vendedor de jugos, quien estuvo encarcelado. Hablar con la prensa puede traerles problemas con las autoridades israelíes.