Andrea Russo, un hombre de treinta y cinco años perdió la vida tras arrojarse al motor de un avión de la aerolínea Volotea en el aeropuerto de Milán-Bérgamo el último martes por la mañana.
Durante este impactante suceso, los pasajeros del vuelo V73511, con destino a Asturias, escucharon un estruendo y recibieron la advertencia: “¡No miren por las ventanas!”.
Según detallaron las autoridades, la víctima, Andrea Russo, residente de Calcinate, cerca de Bérgamo, llegó al aeropuerto sin boleto en su Fiat 500 rojo a las 10:35. Dejó el vehículo estacionado en la terminal y corrió al interior del edificio para acceder a una zona restringida que conduce directamente a la pista.
A pesar de la intervención de dos agentes de la Policía Fronteriza, Russo logró soltarse y se precipitó hacia el Airbus A319 de Volotea, que maniobraba en ese momento para alejarse del área de estacionamiento.
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El hombre se lanzó hacia uno de los turbofanes -motores- de la aeronave, desencadenando el trágico desenlace.
Una pasajera española a bordo del avión relató al medio La Nueva España los minutos de máxima tensión dentro de la cabina. “De repente, escuchamos un ruido y un golpe. Algunas personas vieron algo a través de la ventana y se llevaron las manos a la cabeza. Nos dijeron que era mejor no mirar hacia afuera, porque lo que estaba ocurriendo era muy desagradable”, detalló la mujer, originaria de Llanera, Asturias.
Explicó que la aeronave acababa de reposicionarse en una pista de reserva y se desplazaba lentamente hacia la franja de despegue cuando sucedió el incidente.
