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    Dalái lama: cómo o quién lo elige


    El líder espiritual tibetano, el Dalai Lama, que cumple 90 años el domingo, ha confirmado que tendrá un sucesor después de su muerte.

    El también Nobel de la Paz hizo su esperado anuncio ante cientos de monjes de todo el mundo, en Dharamshala, en el norte de la India, donde vive exiliado del dominio chino sobre el Tíbet.

    En su intervención, reafirmó que sólo la Fundación Gaden Phodrang, fundada por él, tiene autoridad para reconocer su futura reencarnación.

    En el pasado, el líder espiritual del budismo tibetano había dudado entre continuar o no con el cargo de Dalai Lama. Hace algunos años, incluso dijo que su sucesor podría ser una mujer, o que tal vez no habría sucesor en absoluto.

    ¿Cómo se elige al Dalai Lama?

    «El proceso de selección del Dalai Lama es muy riguroso, complicado y elaborado», explicó Jinpa.

    Puede tomar años identificar al individuo: en el caso de la décimocuarta reencarnación, tomó cuatro años.

    Monjes de alto rango comienzan la búsqueda de un niño que haya nacido aproximadamente al mismo tiempo que la muerte del Dalai Lama anterior, guiándose por varias pistas posibles.

    Uno de los monjes puede recibir sugerencias sobre la identidad del niño a través de un sueño. La dirección del humo de la pira funeraria del Dalai Lama anterior también se considera una indicación del lugar donde podría ocurrir la reencarnación.

    Thupten Jinpa y el Dalai Lama
    «Los tibetanos creen que la misma alma del Dalai Lama renace una y otra vez», afirma Thupten Jinpa, en la foto con el Dalai Lama.

    Una vez que se determina la ubicación del niño, se le presentan muchos objetos. Si el niño logra identificar correctamente las pertenencias del Dalai Lama anterior, los monjes lo consideran una buena señal de reencarnación.

    Cuando los monjes principales están convencidos, el niño es seleccionado y sometido a años de entrenamiento religioso y estudios teológicos.

    Solo dos Dalai Lamas han nacido fuera del Tíbet: uno en Mongolia y otro en el noreste de la India.

    Control chino

    En 1950, China envió miles de tropas para imponer su reclamo sobre el Tíbet. En 1959, tras un fallido levantamiento contra los chinos, el Dalai Lama huyó y estableció un gobierno en el exilio en la India.

    Aunque renunció como jefe del gobierno tibetano en el exilio, sigue siendo considerado una figura clave de resistencia al dominio de Pekín.

    El Dalai Lama ha dicho anteriormente que se reencarnará fuera del Tíbet, lo que se interpreta como una respuesta práctica a la situación dentro del territorio controlado por China.

    Miembros de la Asociación de Mujeres Tibetanas (Central) sostienen una imagen del Panchen Lama en una protesta en Nueva Delhi.
    El elegido por el Dalai Lama como Panchen Lama, la segunda figura más importante del budismo tibetano, fue supuestamente secuestrado por las autoridades chinas en 1995 a la edad de seis años.

    China desestima al Dalai Lama como un exiliado político que participa en «actividades separatistas antichinas bajo el pretexto de la religión».

    En 2007, Pekín introdujo una orden llamada «Medidas sobre la Gestión de la Reencarnación de Budas Vivientes en el Budismo Tibetano», que parecía tener como objetivo controlar la selección del próximo Dalai Lama.

    Organizaciones defensoras de derechos humanos han expresado desde hace tiempo su preocupación por la supuesta interferencia china en los asuntos del Tíbet.

    «Las autoridades chinas deben poner fin de inmediato a la interferencia política en las prácticas religiosas tibetanas y dejar de utilizar la sucesión religiosa como una herramienta de control y coerción», dijo en un comunicado Sarah Brooks, directora de Amnistía Internacional para China.

    Presión sobre el Tíbet

    Los tibetanos comunes pueden ser encarcelados por hablar con periodistas extranjeros o incluso por exhibir una imagen del Dalai Lama.

    A través de un activista tibetano radicado en la India, la BBC logró hablar con dos monjes que viven en el Tíbet y un seguidor budista.

    Ellos afirman que las autoridades están tomando medidas para evitar cualquier celebración por el cumpleaños del Dalai Lama.

    Una bandera china ondea prominentemente frente al Palacio de Potala en Lhasa, sede tradicional del poder del Dalai Lama.
    El Palacio de Potala en Lhasa, sede tradicional del poder del Dalai Lama, está bajo control chino

    «Mi aldea celebró dos reuniones en las que insultaron al Dalai Lama y lanzaron una severa advertencia a todos los presentes, amenazando con graves consecuencias», dijo un hombre de mediana edad de la región de Amdo, en el Tíbet, quien pidió mantener su nombre en el anonimato.

    También cree que ha habido un aumento en la presencia de policías y militares chinos en los días previos al cumpleaños.

    «Sentimos que había más soldados dentro y alrededor del monasterio», señaló.

    Cree que la censura china ha provocado que algunas personas -especialmente los jóvenes- ya no se sientan cercanos al Dalai Lama.

    «Muchos jóvenes no lo han conocido. Irónicamente, oyen su nombre solo a través de los documentos de propaganda del (gobierno) chino».

    Muchos monasterios están bajo vigilancia constante de las autoridades chinas, pero algunos aún eligen vestir los hábitos religiosos -muy visibles- y llevar una vida espiritual.

    «Menos monjes novicios»

    «Me hice monje desde pequeño, por deseo de mis padres», dijo Tsering, cuyo nombre ha sido cambiado.

    Este hombre de 46 años es originario de Chengdu, en la provincia de Sichuan, China, y se convirtió en monje cuando tenía solo siete años.

    Nuevas restricciones impuestas por China exigen que las personas esperen hasta los 18 años para convertirse en monjes. Como resultado, el número de monjes en los monasterios ha disminuido.

    «Hay cada vez menos novicios en el monasterio», señaló. «Este año, solo han llegado tres nuevos monjes a mi monasterio y, como antes, también vienen cada vez menos niños de otras aldeas y pueblos para estudiar y rendir culto».

    Tsering afirmó que los beneficios económicos del dominio chino han venido acompañados de una destrucción cultural.

    «Cuando era niño, era difícil alimentarse. A veces había que comer comida en mal estado en el monasterio», contó. «Después, la vida se hizo más fácil, el transporte cambió drásticamente, la educación en general se desarrolló».

    Pero añadió: «A menudo parece que el uso del idioma tibetano está empeorando».

    Otro monje del distrito de Amdo Ngaba dijo: «Veo muchos cambios, pero es difícil llamarlos desarrollo».

    «Según mi entender, el idioma y la escritura tibetana solo se han mantenido gracias a la práctica budista».

    «Fracaso» de China

    El actual Dalai Lama ha mantenido que es necesario preservar la institución de su cargo, que tiene 600 años de antigüedad.

    Para evitar la injerencia china en la elección de sus sucesores, ya ha dicho a sus seguidores que rechacen en el futuro a cualquier persona designada por China.

    Sin embargo, los expertos afirman que se espera que la potencia lo haga de todas formas. Pekín sigue intentando promover la idea de que ha liberado a «siervos y esclavos» y ha puesto al Tíbet en la senda de la modernización tras una teocracia atrasada.

    Dibyesh Anand, profesor de Relaciones Internacionales en la Universidad de Westminster, dijo: «Después de unos meses o unos años, sus protegidos identificarán a un niño pequeño como el próximo Dalai Lama e impondrán esa decisión. Por supuesto, la mayoría de los tibetanos lo va a rechazar y la mayoría de las personas en el mundo se va a burlar de ello. Pero recordemos que China tiene una autoridad inmensa en términos de recursos, así que intentarán imponerlo.»

    Youdon Aukatsang, diputada del Parlamento tibetano en el exilio, declaró a la BBC que, «a pesar de todos estos años intentando controlar los corazones y las mentes del pueblo tibetano dentro del Tíbet», Pekín ha «fracasado por completo».

    El líder espiritual tibetano, el Dalai Lama (izq.), recibe el Premio Nobel de la Paz 1989 de manos de Egil Aarvik, presidente del Comité Noruego del Nobel, el 10 de diciembre de 1989.
    El Dalai Lama es una figura pública muy conocida en todo el mundo y fue galardonado con el Premio Nobel de la Paz en 1989.

    Un Dalai Lama elegido por China, afirma, «no será reconocido, no solo por los tibetanos, sino que el mundo tampoco lo reconocerá, porque China no tiene la legitimidad para designar al futuro Dalai Lama».

    «La gente será educada porque no quiere perder la vida, pero no reconocerá al Dalai Lama nombrado por el gobierno chino», declaró, a su vez, Jinpa.

    «China puede controlar físicamente a la gente, pero no puede ganarse los corazones y las mentes de los tibetanos», añade.

    Los seguidores del Dalai Lama seguirán trabajando para garantizar que el liderazgo del budismo tibetano siga siendo independiente del control chino.

    Su mensaje «afirmando que la institución continuará», ha sido bien recibido por ellos.

    Tsayang Gyatso, un empresario de 40 años que viajó para las celebraciones del cumpleaños del líder espiritual, dijo a la BBC que para la mayoría de los tibetanos, el anuncio es «un gran alivio y un momento de felicidad».

    «Siempre creí que la reencarnación llegaría. Pero al escucharlo de su santidad, me siento eufórico», agregó.



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