Por Jazmín Díaz- Más de tres mil niños, niñas y adolescentes viven con VIH en la República Dominicana, de acuerdo con el reporte oficial del Ministerio de Salud Pública correspondiente a agosto de 2025.
El documento confirma que 1,649 de estos pacientes tienen entre 0 y 15 años, todos registrados dentro del sistema de atención del Programa Nacional de VIH.
En ese grupo, 369 son niños de 0 a 5 años, una etapa en la que el seguimiento clínico requiere controles frecuentes y esquemas de tratamiento adaptados a la edad.
Otros 580 pacientes tienen entre 6 y 10 años, mientras 700 se ubican entre los 11 y 15 años, edades en las que los registros muestran que mantienen consultas periódicas en los centros habilitados para esta atención.
Además, se suman 1,471 jóvenes de 16 a 20 años, un grupo que continúa bajo seguimiento clínico y que forma parte de los registros activos del sistema.
En conjunto, 3,120 personas menores de 21 años viven con diagnóstico confirmado y están integradas al sistema de salud.
Composición general de la población con VIH
El informe señala que la República Dominicana tiene 79,255 personas registradas en los servicios de atención.
Esa cifra representa el 94.35 % del total estimado de personas que viven con el virus en el país, calculado en alrededor de 84 mil.
Dentro de la población registrada, 57,015 son dominicanos, lo que equivale al 71.94 % del total.
El segundo grupo más numeroso corresponde a personas de nacionalidad haitiana, con 21,526 casos.
También se reportan 436 pacientes venezolanos, además de casos de otras nacionalidades en números menores, según las bases del SIRNAI.
Acceso a salud y aseguramiento
El documento oficial indica que 40.75 % de las personas registradas con VIH no cuenta con seguro médico.
Mientras tanto, 47.75 % está afiliado a Senasa, dentro de sus diferentes regímenes.
El resto pertenece a seguros privados o a regímenes especiales, según las clasificaciones incluidas en el registro.
La ausencia de seguro implica que una parte de los usuarios depende exclusivamente de los servicios públicos, que incluyen el suministro de medicamentos y las pruebas necesarias para el seguimiento clínico.
